La responsabilidad de enseñar

Tal y como reza el título del post enseñar debe ser una responsabilidad y es aplicable a cualquier disciplina o temática, desde el colegio escuela o universidad, hasta un arte marcial, pasando por cualquier actividad extra-escolar, deporte, etc. Este es un concepto claro y nítido pero que no siempre se toma lo suficientemente en serio y a mi juicio, debería ser la mayor prioridad de cualquier persona que pretenda ilusionar con su enseñanza.

El profesor, instructor, maestro, o como queramos definirlo tiene que ser capaz de crear el ecosistema idóneo para que el alumno sienta la curiosidad de querer aprender en lugar de sentir la obligación de tener que repetir o memorizar por el simple hecho de que le han dicho que así tiene que ser. No se trata de dar todo el trabajo desarrollado para que el alumno lo memorice, sino de dar herramientas y pautas para que desarrolle su propia investigación sienta la necesidad de buscar.

Este es el verdadero reto, ser lo suficientemente creativo y dinámico en tus clases para que tus alumnos no se «duerman», para que perciban hasta donde llega la madriguera del conejo, para que vean que hay mucho mas de lo que a simple vista se ve y que sientan el deseo de querer llegar a conseguir ese conocimiento. Si consigues crear ese ambiente en clase conseguirás que el hambre de tus alumnos por aprender se contagie con tu ansia por enseñar y el grupo irá a mas tirando los unos de los otros. Así es como se disfruta enseñando y aprendiendo.

Pero no trivialicemos el hecho de crear este ambiente. Está claro que este aspecto es clave para disfrutar de la clase, pero es algo complejo de conseguir. Como profesor tienes que mantenerte atento a la respuesta de tus alumnos ante los estímulos que les vas lanzando. Dar una clase de cualquier disciplina no es un monólogo, es y debe ser un diálogo entre profesor y alumnos no necesariamente hablado. Hay que tener la capacidad de poder hacer esa lectura de las personas a las que estas intentando inculcar unos conceptos, muchas veces complejos, y lo que es mas importante debemos ser capaces de poder adaptarnos y cambiar la forma de enseñar en función de sus respuestas.

Esto último se puede apreciar muy fácilmente cuando das clases a niños, hay que estar muy atento a su respuesta y ser capaz de evitar en todo momento que caigan en la monotonía y el aburrimiento. ¿Cómo?, Cambiando de ejercicio si el trabajo es muy complejo, alternando algún juego para que perciban que disfrutan aprendiendo, y/o cualquier otro ejemplo que nos permita hacer la clase dinámica en lugar de series sucesivas de 10 repeticiones.

Todo lo que he intentado explicar a lo largo del post es, a mi juicio, un proceso de evolución del profesor de forma que cada día mejore tu forma de enseñar. En cada clase se puede mejorar algo y de esta forma no solo aprenden los alumnos, sino que el profesor también se enriquece en el desarrollo de la clase.

A lo largo de mi experiencia como practicante de artes marciales he conocido a mucha gente con mas y con menos facilidad para desarrollar una clase con este tipo de ecosistema, pero os puedo asegurar de que si se consigue la diferencia se nota, tanto desde el punto de vista de profesor, instructor o maestro, como desde el lado del alumnado. Todos los que enseñamos tenemos la responsabilidad de intentar hacerlo mejor cada día y de crear ilusión por aprender en otras personas y en nosotros mismos, porque en el fondo somos alumnos para siempre. Del mismo modo cuando estamos en una clase como alumnos también debemos favorecer la creación de ese ecosistema porque ese ambiente del que hablaba antes se crea entre todos.

Me gustaría que me indicases en los comentarios que opinión tienes respecto a lo que acabo de contar, estaré encantado de leerlo y que compartas el post en redes sociales si te ha parecido interesante y/o de tu agrado.

2 comentarios en “La responsabilidad de enseñar

  1. Muy buen artículo. Se trata de compartir el conocimiento para enriquecerse uno mismo y también a los demás. El maestro debe ser capaz de inspirar al alumno, seducirlo para que éste sienta la necesidad imperiosa de aprender por propia voluntad, para que sea capaz de indagar más allá. Podemos aprender a partir de memotécnica y capacidad asociativa o con el estímulo de la emoción. El primer enfoque nos lleva a «aprender» por obligación, mientras que el segundo viene alimentado por la pasión. Lo primero suele morir en el olvido, lo segundo nos acompaña en nuestro desarrollo para siempre. Seguir aprendiendo compartiendo el aprendizaje, indispensable. ¡Qué sigas compartiendo mucho y tan bueno y aportando claridad! Gracias.

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