Hay una aspecto que a mi personalmente me ha marcado en todos los años que llevo practicando Karate y Aoki Bioenergía. Me refiero al espíritu de superación, esa inquietud constante de querer mejorar cada día que vas a Dojo, ese deseo de lograr objetivos y en definitiva, de avanzar.
A pesar de que hay días malos, muy malos en los que no sale nada (no podemos ni debemos engañarnos), hay que entenderlo como parte del camino. Como dice el título, la satisfacción que obtienes cuando ves que mejoras supera con creces cualquier tipo de bache en el camino.
Pero la idea del artículo no es hablar de ese espíritu de superación en primera persona sino ir un poco mas allí y observar como trasladar a tus alumnos esa esencia para que ellos mismo puedan experimentarla en primera persona y además, tu ser testigo de ello.
Los valores del arte marcial ya reflejan claramente en el Dojo Kun que para progresar es necesario esfuerzo y constancia. Este ingrediente es primordial si queremos avanzar y lo que es mas importante, si queremos disfrutar del camino que recorremos en el aprendizaje.
Además aquí, en este importante aspecto del espíritu de superación, no hay que hacer distinciones entre niños, adolescentes o adultos. Si que es cierto que la práctica y exigencia debe ser acorde a su edad y capacidades pero en ningún caso ignorarla por una razón de edad. Cada uno en su nivel, con sus capacidades y con su edad, pero todos nos esforzamos, nos exigimos y precisamente por esa razón es por la que todos mejoramos.
En mis clases de Karate y AokiBionergia intento trasladarles constantemente esta premisa, el esfuerzo lo pone cada uno y la mejora y recompensa es proporcional a dicha actitud. Cada día en el Dojo es un reto nuevo que hay que superar y pasito a pasito es como se avanza.
Pero desde el punto de vista del observador, del que imparte la clase, del que intenta transmitir una idea, concepto o conocimiento, es realmente agradable ver la cara de satisfacción, la ilusión o el brillo en lo ojos de alguien que consigue realizar un ejercicio, entender y madurar un concepto y hacer suyo ese conocimiento.
Para en que enseña esa agradable sensación de que mejoras se vive en primera persona con tu propio progreso y también en tercera, precisamente por lo que explicaba anteriormente. En este caso el espíritu de superación no solo está en el propio desempeño y realización del arte marcial, sino también en la forma de enseñarlo.
En este último aspecto, en la forma de enseñar para que ese esfuerzo y constancia cale en cada practicante que puedas tener a tu cargo, personalmente creo que no hay una receta mágica, no existe un secreto absoluto que si te lo cuentan mejoras y mejoras de forma infinita. Tan solo puedes mostrar a los alumnos el camino a recorrer y apoyarles en su transito, por la sencilla razón de que cada uno de nosotros somos diferentes y tenemos sensaciones diferentes en la práctica del arte marcial.
El camino del arte marcial es personal, nadie puede hacerlo por ti, solo pueden indicarte la dirección y señalarte si te estás desviando y para ello es altamente recomendable entrenar con grandes maestros siempre que sea posible. Esto no quiere decir que el camino se recorre solo, no olvides que practicas en un Dojo donde el ambiente de colaboración es máximo, pero la experiencia es personal y para cada uno. Precisamente por esto es por lo que merece la pena recorrer el camino y por lo que mejorar produce esa agradable sensación.
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¡OSS!
Furinkazan Dojo 