¿Quién no se ha dicho alguna vez a si mismo, «¡voy a ser el mejor en esto!»? Es decir, ¿quién ya sea en su infancia o edad adulta no ha deseado nunca ser el mejor en algo? Si lo pensamos detenidamente estoy convencido de que todos diremos que si, en algún momento hemos pensado que queremos brillar en esta o aquella disciplina o actividad.
¿Cómo podemos interpretar esto? A mi modo de ver, en una parte interna de nuestro ser todos queremos vencer de alguna forma. A esto hay que sumarle que vivimos en una sociedad muy competitiva, cada día mas y de forma mas agresiva, lo cual no ayuda mucho. Y de ese hecho precisamente, viene la idea de escribir esta entrada.
Ahora bien, quizás deberíamos preguntarnos, ¿vencer a quién, vencer por qué y/o vencer para qué? Es decir, buscamos constantemente cierto reconocimiento y diferenciarnos, batir al compañero para ser diferente y sentirte puntualmente «mejor o superior», pero ese hecho solo genera rivalidad que a veces es difícil de gestionar.
El karate, el arte marcial en general, nos habla de HUMILDAD, es una de los preceptos del Dojo Kun. Como artistas marciales que somos o que intentamos ser, podemos usar esta idea para trabajar esa humildad, es decir, utilizar este vehículo para mitigar la competitividad perniciosa que puede surgir tanto dentro como fuera del Dojo. Antes de continuar, quiero recordar que en ningún momento pretendo sentar cátedra sobre nada, no quiero dar lecciones de nada ni a nadie. Lo que escribo aquí lo hago para mi a modo de reflexión en voz alta, a mi personalmente me ayuda a pensar. Si a alguien le gusta lo descrito fantástico, y si del mismo modo alguien discrepa será igual de genial, es mas me encantará leer otras opiniones en los comentarios.
Volviendo al tema en cuestión, compararnos es algo intrínseco a nuestra naturaleza y no tiene por qué ser negativo de por si, pero para ello hay que ser autocrítico con uno mismo y esa es a mi modo de ver la clave de todo. No se trata de mirar tanto fuera y compararte desde la critica del otro y la competitividad, sino mas bien de mirar mas hacia dentro, cada uno a sí mismo, y compararte si acaso contigo mismo. Contrastar tu nivel actual con ese «yo karateka» de hace unos meses/años y con el futuro artista marcial de dentro de un tiempo. Bajo ese prisma, sí que es un trabajo constructivo y enriquecedor. Pero en todo esto surge un problema, un escollo importante. Se llama EGO, da para mucho y hablaremos de ello en otro momento, pero es innegable que está ahí y hace ruido. En ocasiones mucho ruido.
En este contexto, quizás seria más interesante utilizar la energía disponible para tratar de mejorar uno mismo, ¿no os parece? Trabajo duro, si, y como decía antes, con una buena dosis de autocrítica, pero seamos francos … puede que sea el único camino, ¿no? Todos tenemos caras oscuras, no se trata de negarlas ni de ocultarlas, sino de ser humildes para aceptarlas y de sobre esa base trabajar para mejorarlas, es decir, darles luz para que no sean tan opacas.
Todo lo que haces tanto dentro como fuera del Dojo, en el contexto del arte marcial o fuera de él, debe ser por una razón y si esa razón es ser mejor que el vecino, el enfoque es un poco pobre. No hagas nada para demostrar a nadie que eres mejor que él, sino para demostrarte a ti mismo que puedes ser mejor que ayer, es decir, trabaja en el desempeño de tu arte marcial por ti y para ti.
El Karate, Aoki Bioenergía, o cualquier arte marcial es una forma de vida, es algo que te acompaña siempre y por supuesto es un vehículo fantástico para vencerte a ti mismo.
¡Un abrazo, Oss!
Un comentario en “No se trata de vencer a nadie, sino de vencerte a ti mismo”