Desde que nacemos estamos absorbiendo información. Sobre todo en los primeros años de vida somos como esponjas que devoran todo tipo de estímulos del exterior. Todo nos genera curiosidad, queremos conocer descubrir, etc. Esto en si mismo es un proceso increíble y maravilloso, pero esa exploración no suele ser en solitario.
Existe una figura siempre presente que nos orienta, no ayuda, nos lleva de la mano y nos tutela en todo proceso de crecimiento. Esa es la figura del maestro. No necesariamente es una única persona, ya que los ámbitos de desarrollo personal son muchos y muy variados. O incluso dentro de un mismo campo, como podría ser al arte marcial, pueden convivir distintos maestros que te marquen en tu camino a lo largo del tiempo y en las diferente fases de tu evolución como artista marcial.
Como decía antes, estamos en continua evolución o/ revolución. Todo, cualquier evento y/o circunstancia, puede enseñarnos algo positivo si sabemos verlo. Del mismo modo, de todos, absolutamente de todas las personas con las que interactúas puedes extraer una lección o algo que aprender o sobre lo que reflexionar. Tus padres, tus profesores, tu entorno profesional, social o familiar, tu maestro en el Dojo, tus compañeros en éste … ¡absolutamente todos aportan algo! y seriamos muy torpes si no hiciésemos el esfuerzo de al menos observar con curiosidad.
Si centramos la reflexión sobre el arte marcial y sobre el Dojo, es evidente que nuestro maestro mas directo, en mi caso Osamu Aoki Shihan, es la referencia y el faro que ilumina nuestro camino. Yo al igual que mis compañeros nos sentimos profundamente agradecidos de haber podido cruzar nuestros caminos con él y con JKA España. Pero mi intención es este pequeño artículo es ir un poco mas allá.
Desde una visión totalmente superficial, el maestro nos enseña, nos imparte la clase, nos orienta en el progreso y avance de nuestro Karate Do. Esto es muy interesante y necesario, pero a medida que maduras te das cuenta que no es mas que la punta de iceberg. El karate es una forma de vida y eso debe reflejarse en todos los aspectos de ésta, fuera y dentro del Dojo. Y esa impronta si que es muy relevante, porque nos permitirá ser mejores personas y por tanto construir una mejor sociedad. ¡Si, así es! el arte marcial y la sociedad si que pueden estar mas relacionadas de lo que a priori puede parecer.
Cada vez que asistes a un curso, seminario, gasshuku, hay una parte de entrenamiento, faltaría mas. Pero tambien hay una parte mas que importante de convivencia, compartir opiniones, experiencias, debatir, relacionarse socialmente, reír, divertirse, etc. Ese proceso de crear grupo, familia, ecosistema y vínculo tambien te lo enseña el arte marcial y por supuesto el maestro nos guía en ello.
No comenzamos solos, somos iniciados y guiados por dicha figura de forma altruista. El maestro nos acepta como sus alumnos y a partir de dicho momento tenemos el privilegio de poder absorber todo su conocimiento. Como decía antes, no solo de aspectos técnicos del arte, sino de la aplicación de dicho arte en tu forma de vida.
Obviamente no vivimos con él como ocurría en el antiguo Japón con los discípulos, eso es otro nivel. Por ello tambien hay parte de camino que debemos recorrer en solitario, tratando de madurar dichos aspectos y aplicarlos en nosotros mismos. Pero dicha conexión con el Arte Marcial y esa visión del Karate como forma de vida ya está impresa en todos nosotros y por tanto cualquier encuentro entre nosotros se nutre de la misma esencia. En otras palabras, hacemos nuestro camino, pero no lo recorremos solos.
Me gustaría finalizar señalando que JKA WF junto a su delegación JKA España, a la cual pertenece este Dojo, y concretamente a través de las enseñanzas del maestro Nakayama, trata de inculcar y transmitir dicha esencia y por tanto nosotros nos debemos a ello. Por tanto creo que es pertinente reflejar al final de este artículo las expectativas del Instructor JKA, extraídas del manual oficial de instructores JKA:
- Actuar con conciencia y orgullo de ser Instructor JKA.
- KARATE-DO debe reflejarse en todas las acciones de la vida cotidiana.
- Más que convertirse en experto de las técnicas hay que consagrase en el camino del DO.
- Crear la moral adecuada ante los alumnos. Uno debe convertirse en un excelente modelo para los demás.
- Debe de explorar con creatividad, investigando lo más alto y más profundo posible.
- Abnegación, cooperación con los demás, dedicación y compromiso en el desarrollo y divulgación del KARATE-DO.
- Tener siempre en cuenta la filosofía y enseñanza de los grandes maestros “karate ni sente nashi” (no hay primer ataque en karate-do).
Me encararía conocer tu opinión y si a ti te genera el mismo calado la figura del maestro
¡OSS!