El cuerpo es una máquina fascinante, de hecho es la maquinaria mas sofisticada que jamás tendrás a tu disposición. A mi personalmente me tiene maravillado por lo compleja que es y las capacidades que ofrece, y esto lo digo desde un conocimiento bastante superficial ya que no soy un experto ni es mi campo profesional, pero reconozco que cada vez que descubro algo nuevo o solo con pensar en la compleja estructura músculo-esqueletica me entusiasmo.
El cuerpo humano tiene 24 costillas, 12 de cada lado y 24 vértebras, 5 lumbares, 12 torácicas y 7 cervicales. Todos estos elementos tienen su movilidad, no están soldados unos con otros como si se tratase de una armadura medieval. Utilizo el ejemplo de la armadura porque me parece muy gráfico y fácil de entender, pero lo que trato de decir es que todas estas costillas pueden comprimirse, expandirse, moverse, etc., no son una estructura ósea única de una sola pieza que no tiene ningún grado de libertad.
Este concepto lo podemos apreciar a diario si observamos la flexibilidad que tienen los bebes o niños pequeños y la comparamos con la nuestra propia. Esta flexibilidad no es algo que desaparece por arte de magia, no es algo que se desvanece de un día para otro por el mero hecho de que crecemos y nos hacemos mayores y/o adultos, sino que son nuestros vicios posturales y nuestra ausencia de movilidad los que nos van haciendo menos dinámicos y nos van reduciendo la movilidad, la soltura, la flexibilidad, etc., que antes TODOS teníamos, convirtiendo nuestras costillas y vértebras en esa armadura de una sola pieza que poco tiene de dinámica.
En el mundo del karate y de las artes marciales la movilidad lo es todo, el control de tu cuerpo, la utilización de éste aprovechando todos sus elementos es la clave. Esa clave es la que yo y muchos de mis compañeros y amigos karatekas buscamos a diario en cada entrenamiento. Y en esa búsqueda y desarrollo nos movemos. Nos hicimos mayores, adultos o viejos como queráis llamarlo, y con ello perdimos esa movilidad que teníamos como describía en el párrafo anterior. Pero no está todo perdido, tenemos la capacidad de buscar las respuestas, de investigar, de mejorar y lo que es mas importante, las herramientas para hacerlo como son el karate, la bioenergía y nuestra dedicación.
Y tratando de ir un poco mas allá, volver a conseguir la movilidad que hemos perdido mediante los trabajos de bioenergía no solo beneficia a los karatekas. Quien en su sano juicio diría que no quiere estar mas ágil, mas flexible, mas elástico. Quien diría que no quiere conocer mejor su cuerpo, ser mas consciente de todo él, saber que huesos y músculos utilizo en cada momento, etc. Todos queremos eso pero requiere esfuerzo y dedicación, no perdimos la movilidad en una semana y tampoco se recupera así de rápido, pero si se quiere se puede lograr.
Así pues, si llevas ya unos años practicando karate intuyo que sabrás de lo que hablo y entenderás lo que trato de decir. Si consigues ablandar tu armadura y devolverle la soltura y flexibilidad perdida mejorarás y madurarás un poco mas como karateka.
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