Como seres humanos que somos, todos tenemos grandes similitudes anatómicamente hablando, y salvo causa mayor, todos tenemos las mismas piezas, los mismo elementos, órganos, músculos, huesos, tendones, ligamentos, etc … lo que ocurre es que todos estos elementos conjugados entre si, ofrecen infinitas combinaciones y posibilidades, por tanto, no todos los usamos de la misma forma.
También es evidente señalar, que podemos tener los mismos músculos pero no con la misma fortaleza, o los mismo huesos pero no con la misma densidad ósea o las mismas articulaciones pero no con la misma movilidad. En cuestión de rendimiento, la capacidad ACTUAL para usar tus «piezas», (huesos, ligamentos, músculos, etc) es tu límite. Pero este «limite» siempre ese ve como un handicap, como una barrera infranqueable y casi nunca se analiza como un punto de partida para un crecimiento y mejora a futuro.
Puede haber factores genéticos que en un contexto de alto rendimiento sean determinantes, ¡claro que si!, pero para practicantes marciales que podemos ser, tú que lees y yo que escribo, cambiar la forma de utilizar el cuerpo puede ser por mucho, la evolución que llevas tiempo buscando.