La vida es como una océano, un gran y profundo océano … unas veces está en calma y se puede navegar fácilmente por él pero otras hay marejada y toca enfrentarte a la tormenta, como decía Murakami … Del mismo modo, en ocasiones estamos próximos a la costa y es un territorio conocido, pero en otras estás en alta mar, sin referencias conocidas y fuera de tu zona de control.
Toda esta metáfora nos lleva a enfrentar desafíos, como ya decíamos no hace mucho tiempo, pero si bien el viaje puede ser y es apasionante, también hay que reconocer que muchas veces el obstáculo parece insalvable. Todo en la vida tiene solución salvo una sola cosa … pero para poder mantener esa actitud constructiva y tractora ante las adversidades, muchas veces hace falta algo mas que coraje.
En ocasiones es necesario apoyarte en algo que te reactive, que te motive, que te recuerde los otros muchos obstáculos que has logrado superar, que te reafirme en el tipo de persona en que te has convertido gracias a su ayuda y te permita volver a encontrar tu equilibrio y seguir adelante. Si aun no sabes que es ese algo, me refiero al arte marcial.