Esboza una sonrisa a través de Aoki Bioenergía

Dicen que la vida es compleja o que nosotros mismos nos la hacemos complicada. Está claro que el mundo se mueve muy rápido y mucha gente vive totalmente estresada y atrapada en un día a día muy absorbente.

Hay que tener cierto cuidado con esto. En toda esta dinámica siempre viene bien tener la posibilidad y la capacidad de frenar, ya sea en seco o progresivamente para reducir la marcha. La idea es poder detener ese «día a día» y ser capaz de observar y reflexionar.

Y quizás haya quién se pregunte, ¿qué tiene que ver todo esto con la temática de este blog? pues todo, ya que si encuentras la manera, la herramienta, el vehículo para poder observarte, comprenderás que  lo mejor siempre está por llegar, ¿no crees?

sonrisa

A los cursos de de Karate y Aoki Bioenergía impartidos por el maestro Aoki, como por ejemplo el Gasshuku de Verano acuden personas  de edades y disciplinas muy diversas. En mis clases, en mi día a día, mis alumnos de Aoki Bioenergía también son personas de distintas edades y la gran mayoría no  tiene relación alguna con el karate o las artes marciales. Una cosa no es excluyente de la otra, puedes relacionarlas como hacemos algunos karatekas o no.

Lo cierto es que cada uno de ellos tiene sus propias inquietudes, unos acuden y practican Aoki Bioenergía por curiosidad, quieren saber qué es esto y tienen la mente abierta a descubrir que puede aportarles. 

Para otros su motivación para practicar Aoki Bioenergía es mejorar su elasticidad, su flexibilidad,  ya que al ser «adultos» se vuelven mas rígidos y desean mejorar su calidad de vida.

Otros tan solo quieren hacer alguna actividad física para mantenerse activos, pero como están lesionados necesitan algo que no sea agresivo, que puedan realizar fácilmente y que no sientan que son un lastre para la clase o que no pueden seguirla adecuadamente

Mediante Aoki Bioenergía el nivel y la exigencia lo pones tu, y a medida que persistes y sigues entrenando de forma disciplinada te descubres a ti mismo haciendo movimientos, coordinando tus músculos o sintiendo tu cuerpo de una forma que al inicio te parecía imposible. ¡Aquí es donde uno empieza a «descubrir»!

Pero independientemente de sus motivaciones personales y de sus capacidades físicas … mas allá de todo eso, hay dos aspectos que todos ellos tienen en común y que quiero señalar, porque a mi juicio son muy relevantes:

–  Durante la práctica, la clase o entrenamiento, como queramos llamarlo, desarrollan un grado de concentración y de presencia que antes no tenían. Están totalmente pendientes del ejercicio, del movimiento, de la sensación, su mente no se distrae, ni se dispersa, están aquí y ahora. Están totalmente sumergidos en la práctica.

–  De forma colateral a la concentración antes mencionada, durante el desarrollo de la clase se van descubriendo a si mismos, comprenden y son capaces de observarse haciendo un ejercicio que antes no eran capaces de coordinar, descubren nuevas sensaciones y adquieren un mayor grado de conciencia sobre su cuerpo.

Estos dos puntos, que están relacionados de forma muy estrecha, generan en ellos y por supuesto en mi, un alto grado de satisfacción, ya sea durante la clase o al final. Todo el mundo se siente realizado, han disfrutado y han descubierto cosas … y como consecuencia se les esboza una marcada SONRISA en la cara, que francamente … ¡lo dice todo!

Espero sinceramente que este aporte ta haya gustado.

Oss!

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