Si tropiezo y me caigo, ¿significa que no se andar?

Todo es cuestión de perspectiva, del color del cristal a través del cual miras el reto, el desafío y también obviamente el desenlace de este. Para algunas personas salir de la zona de confort es una verdadero placer, una experiencia de la que disfrutan y que buscan de forma voluntaria una y otra vez. Sin embargo para otras, salir de su espacio conocido, de su ámbito de virtual control, les estresa, entumece e incluso les bloquea. En estos casos, lo ven como una verdadera tortura porque aunque su zona de confort no sea necesariamente agradable, para ellos el miedo a los desconocido es aun peor.

Yo mismo funcionaba y transitaba de esa forma en el pasado … pero como decía antes, todo es relativo y está supeditado al enfoque que le apliques. Por norma general nuestro cerebro trata de protegernos y eso implica que la gestión del miedo no la lleva nada bien. Cualquier cambio, por pequeño que sea, puede generar que se dispare la amígdala y en ese caso hay dos opciones posibles. O bien se bloquea cualquier tipo de acción al respecto o por contra se genera una reacción de ataque o huida sin sentido, es decir,  «como pollo sin cabeza». Nada bueno en cualquiera de los dos casos …

Los humanos no somos nada hábiles gestionando la incertidumbre y salir de dicha donde confort como exploradores en busca de nuevos tesoros no lo llevamos muy bien, no es una característica de digamos venga de serie. Evidentemente hay que trabajarlo y buscar situaciones de relativa y tolerable incomodad que nos permitan ponernos a prueba en un entorno semi-controlado. O dicho de otra forma, salir de dicha zona de confort poco a poco.

Tenemos miedos y uno de ellos, de los mas despiadados a mi juicio, es el miedo al error, al fracaso … todo ello es un proceso psicológico porque no queremos que nuestra autoimagen y nuestro ego se vean perjudicados y/o dañados … pero en toda esa locura, lo que único que logramos es NO mejorar y por tanto NO «crecer». Hasta ahora no me mencionado ni una sola palabra relacionada directamente con el arte marcial, pero en mi opinión, todo lo dicho tiene una relación bastante estrecha con él. ¡Sígueme!

Aceptar el error y aprender de él es la clave, el camino a seguir para avanzar. Señalaba antes ese miedo a errar, a tropezar, porque siempre, de forma catastrofista, pensamos que todo saldrá mal, pero ¿Y SI SALE BIEN? Como el resultado es incierto hay probabilidades para todos los desenlaces y eso implica que no hay garantías de nada, solo que un escenario es más probable que otro. En ese sentido, si ante cualquier desafío importante, por ejemplo dentro del Karate Do; un examen de grado, una competición, la organización de un curso, etc., lo has preparado a conciencia y has trabajado para ello de forma activa, entonces y solo en ese caso, la probabilidades estarán a tu favor y por tanto es mas probable el éxito que el fracaso.

Pero es que aun hay mas, y la imagen que encabeza la entrada nos da una pista … si logras tu objetivo, ¡felicidades, enhorabuena! tu trabajo duro ha dado su recompensa y has logrado tu meta. Pero si fallas, si caes, si incas la rodilla en el suelo, bajo ningún concepto habrás fracasado, ni mucho menos. Lo que ha ocurrido es que has obtenido experiencia y sabiduría, primero en tu preparación y después poniéndote a prueba. Nunca, bajo ningún concepto un fracaso es equivalente a una perdida de tiempo. Puede frustrar, claro que si, pero eso es forja.

Imagina por un momento un examen de grado, un grado importante de Karate Do. Te has preparado Durante 3, 4, 5 años … los que sean, has entrenado duro, has trabajado tus puntos débiles, has sacrificado tu tiempo, aprovechado tu energía y te has presentado el día del examen, no para que el tribunal te ponga a prueba, sino para ponerte tu mismo a prueba y demostrarte que puedes dar tu mejor versión. En ese contexto, el resultado final poco importará a largo plazo, porque todo el recorrido realizado para llegar allí y sentirte seguro de ti mismo, mucho mas allá  de los nervios la ansiedad y el estrés, no tiene precio. La sensación, no de soberbia, sino de confianza en que puedes lograrlo aunque no tienes la certeza y que terminarás con la cabeza bien alta independientemente del resultado … esa sensación y esa satisfacción interior, no tiene precio

Y este sencillo ejemplo aplica a un examen, a una competición o incluso a un momento en el cual te sientes perdido y no sabes como continuar … siempre hay un camino, aunque muchas veces parezca que esta oculto entre la maleza. Buscar y luchar por seguir ese camino, el que para ti es el camino correcto es lo que te engrandece, no para los demás ni para tu ego, sino para foro mas interior.

En resumen, la aventura del arte marcial como tantas otras disciplinas, está llena de desafíos. Todos ellos fascinantes, no exentos de dureza pero enriquecedores sin lugar a dudas. Y en ese sentido salir a explorar mas allá de tu zona de confort y sentirte cómodo con ello no tiene mas que bondades. Quiero finalizar esta pequeña reflexión adjuntado un video de «Inkwowation» que refleja a la perfección lo que te aportará salir ahí fuera …

¡A por ello!

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